sin ti, no puedo ser feliz.
pero contigo, no puedo ser libre.

miércoles, 7 de junio de 2023

sutura

con la edad la vida nos pesa
los números del reloj acaban por borrarse
siempre es hoy mañana
los vacíos se ocupan con la preocupación de no tener vacíos
y el grito se van con el viento
la alarma burbujea en el fondo de un mar que arrastra
pedir ayuda deja de parecer ser de ayuda
y el encierro en el uno se vuelve cero
productivo para seguir siendo productivo

pero a veces la única manera de mantenerse en regla es la excepción
así con treinta y seis meses encontré la primera
y hasta los cinco años estuvo conmigo
luego volví a empezar pero nunca dejé de buscarlo
y me sigo dejando las manos por mantenerlo(s)

vuelvo a casa con la voluntad triste y los ojos sucios
la presión del capital mata al alma del artista
y siempre seguís ahí, esperándome
como los puntos de sutura que salvan una vida
rompiendo el muro de la edad adulta
dejando vivir al niño al que tanto le debo

me pasaría la vida viéndoos pasar
y a la vez me aterra tanto que la vida pase

pisasteis con miedo las primeras veces
como el primer tiento del mar el primer día del verano
buscando hacer del espacio hogar
de un inmueble casa
con toda la curiosidad que da la inocencia
y el amor incondicional que sólo es vuestro
cambiando hasta el color del cielo
creciendo como los lazos
perpetuandoos
llenado las galerías de esperanza
haciendo de mi ansiedad paz
el punto de anclaje para no dejarme ir

y pasaron los meses como sólo pasa la vida
con el desinterés del calendario marchitando
con la velocidad del recuerdo de la despedida
con la perpetuidad de ponerle fin
y en cada cambio fuisteis constante
en cada duda respuesta
en cada abrazo la razón
llenando de colores la risa, de voluntad el alma, de sueños las pesadillas

y aquí me traéis, de vuelta
al espacio vacío
dándole razón al corazón
resolviendo el debate de siempre

y dejasteis de ser niños
sólo en lo físico
con el secreto del don en los ojos
con el arte del fluir que sólo tiene el agua en cada movimiento
dejando lo ordinario para nunca
acostumbrando a la descostumbre
porque me sigo sorprendiendo cada día
que tanta vida quepa en tan poco cuerpo

podría regalaros mis ojos para no dejar de veros
podría enterrar todo un sistema planetario por un día más
cambiaría la historia por haceros eternos
perdería mi humanidad si algún día os hacen daño
sé que mi corazón sigue aquí porque os guardo a vosotros

llegará un día en que no
y se irá el color y se morirán las flores
y volverá la guerra a hacer los campos sangrar
y me temblaran los dedos al terminar las frases

pero ese día no es hoy
y ahora la tristeza siempre es de menos
y la vida siempre es un poco más
os llevo en la piel como una oración

gracias por darme sentido

lunes, 25 de abril de 2022

corazón bajito

    

'the most important step a person can take is always the next one'

Oathbringer



últimamente cada vez que paro todo se cae
como el mareo que viene después de dar muchas vueltas
como el barro que deja siempre después la lluvia 

estoy intentando mejorar
siempre estamos en ello, proyectándonos
comencé una inercia hace más de 100 semanas
y sigo volviendo a empujar la rueda periódicamente
como un ciclo lunar
para que la música nunca deje de sonar

mi nombre se fue y me atreví a traerlo de vuelta
como un atleta que ya estira de más una equipación
que raro es volver a vestirse en corto a veces
que diferentes parecen algunas luces
que lejanos suenan esos aplausos ahora
cuando ya no hay escenario
solo la pequeña hoguera que abrazo
desde un enero largo de más
hacia un verano largo de menos

el corazón late bajito
tengo los ojos más apagados
sigo siendo tan flexible como un muro
he interpretado muchos papeles y he quemado más de una hoguera
trato de mejorar
salto incendios como antaño
bailo con las manos quemadas
río siempre rompiéndome un poquito
estoy aprendiendo a tocar un instrumento que me está tocando el alma
siembro la vida que no tengo
hablo de flores con mamá
hablo de gastos con papá
y suelo pensar que debería llamar al abuelo
aunque nunca lo haga por esos malos vicios que dan la distancia en años
más que en kilómetros

me he ido
y sé que sólo se regresa a la ruina para dejar registro de la historia
pero siempre hay un paso más
un poco más de luz
una voluntad que recordar y que acompaña
siempre sigo siendo
en vidas y persona
y a veces lo recuerdo
me encuentro con una buena canción de hace muchos años
bailo viejos pasos que están ahí esperando siempre
como un abuelo que vuelve al taller
la madera sigue siendo la misma aunque las manos estén mucho más cansadas

 recorro el polvo dejando marcas con los dedos
el sitio de siempre
los amigos que ya no están
las historias que siempre recuerdo
las heridas que ayudé a cerrar
las heridas que no me cerraron
la luz por la ventana demasiado temprano
la añoranza del que recuerda
el aglomerado del que nunca dejó de construir

buscando la lluvia en Arabasta,
con el corazón bajito el reloj nunca se para
porque hay rincones donde nunca deja de sonar la música

miércoles, 21 de julio de 2021

336.

Estás esperando un tren. 
Un tren que te llevará lejos. 
Sabes donde quieres que ese tren te lleve, 
pero no dónde te va a llevar. 
Cobb

siempre que salgo a mirar al mar recuerdo la otra costa
siempre que vuelvo del barro recuerdo que aún queda casa


será la 4a vez que vuel(v)o
allí donde nace la risa, como diría un Adem
donde la música ha hecho que se olvide el silencio 
y la vida vibra en cada giro, como si hasta el viento bailase contigo cuando se lo pides 

casa siempre es casa cuando es de verdad 
hasta el árbol quemado sigue teniendo raíces
y si queréis saber cómo sigo aquí, mirad ahí
en ese doble fondo que siempre tapa el decorado
en la herida de maleta y aeropuerto 
en la ausencia con la que convivir 
como el corredor que pierde un pie
o el artista que olvida la pintura 
y todo sigue, como la vida,
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. 

llevo así desde que tengo memoria
con dos secretos en el corazón 
como piedras en el estómago
desoyendo a Auri, apretando el nudo, 
acumulando polvo como el libro que nadie lee,
enterrando las piernas en la arena que se va, 
negándole permisos a la marea que la lleva. 

esta vez hay menos carga, pero más cosas de las que hacerse cargo 
en esta determinación del todo yo no hay sitio para grietas 
con el verso viejo de las manos quemadas y las castañas del fuego 
así estuve y estaré, tapando el incendio con la tinta,
volviendo a la cicatriz que se elige, 
dejando cada vez menos sitios a la piel 
escribiendo las promesas para tenerlas a mano

eso son las despedidas, un juramento partido,
dos mitades que nunca son uno hasta que se vuelve 
lanzar una botella al mar y esperar buenos augurios
esperar que el tiempo espere, que el cambio no cambie,  que la distancia no aleje 
eso son las despedidas, 
una pulsera como consuelo, una última foto como recuerdo, romperse para poder dejar un trozo
un puerto que se va, una puerta que se cierra

en 336 horas vuelvo a las nubes, 
a la máquina del tiempo en forma de pájaro de hierro, 
al lugar de todos los lugares, a la semilla del nacer, a mi sitio

y se forma un nudo en la tripa,
donde nace la tristeza y la inquietud,
por esa alma nómada falta de costumbre
que sigue teniendo miedo a dejarse atrás
porque ya sabe lo que es girarse por última vez 
y dejar una herida sin cerrar a cada lado de la distancia 

siempre piensas más en lo que dejas que en lo que te espera 
así es el humano, atento al lunar en una sábana blanca, 
y te preguntas cuál de todas las pestañas se cumplirá, 
después de ver tantos dientes de león quemados en el suelo

agarras fuerte el hatillo
con más ímpetu que seguridad 
con más esperanza que ciencia 
cierras la puerta y no te vuelves a girar 

vuelvo a casa desde casa
esa es la verdad que sé y conozco 
que aprendí y que vivo 
vuelvo al faro y al origen del camino 
como un calderero con sus fardos vacíos 








miércoles, 28 de abril de 2021

Para guardarte

a veces un dolor llega muy pronto o una canción llega muy tarde
por eso a veces ya no sé si un disco viejo suena distinto
o es que soy yo el que ya no es el mismo

crecí escuchando lunas y lluvias donde mirarlas
y ahora ya no quiero chapotear en esos charcos
como un espejo en el que no me reconozco 
o porque no sabe reflejarme, o porque ya no sé mirar bien 

el error siempre busca al culpable
para sentirse a salvo en alguien que se haga responsable
como un arma que busca una funda 
para evitar seguir cortando al que esté cerca

he sido reservorio, añejando consecuencias que a veces no eran ni propias
siempre con la mano en la rodilla, con el ademán de romper el agua
haciendo de la espuma una compañera invisible

he cauterizado la risa, como si tuviese la culpa 
negándome a ser para olvidar lo que fue 
tomando medidas de seguridad desmedidas 
apagando una cerilla en el océano

sólo solté el puño para apretar otras cuerdas
me aprendí una canción para poder guardarte dentro 
el arpegio, el puente, la melodía 
como si esos ojos grandes de estar feliz cupiesen en un compás
enmarqué la mirada desde el marco de mi puerta
y me eché todas las culpas, como gasolina al fuego 
y dejé en paz al tiempo, para que no llamase a la guerra

le hemos dado una vuelta al Sol
hemos apagado la música hasta oír el silencio
y aún sabemos bailar sin pisarnos 
porque al final lo natural siempre vive
porque al final si no es final, siempre vuelve

te encuentro en Alice, puntual 
como el saco viejo y los guantes rotos
cómodos, cotidianos, humildes
como el amor de los pobres 

acuso a las palabras, pero aquí acabo siempre
el animal herido siempre sigue las costumbres
me repito, y lo detesto, pero no lo evito 
con una disculpa que sirva de excusa 
para que el error pueda cambiarse de culpable 
sin sentirme culpable yo

martes, 4 de febrero de 2020

Soy

 'Soy el fuego y la salida de emergencia.'
Piezas.

Yo sé que duele el duelo,
soy el del poema a 4 palabras que se acabó quedando corto,
vivo de la música porque es lo único que sé,
soy el de las canciones y las pelis, 
regalando todo ese arte que sé que no produzco.

No hago más pero hago siempre
como un corazón cansado.
Vivo con el orgullo perenne del que fue,
con la necesidad de no necesitar, consciente de 
que el que nunca necesita a veces necesita,
el que escribe borra, y hasta la primavera marchita.

He sido en muchas vidas y he estado en muchas personas,
soy la culpa y el mérito 
soy la risa de la fiesta y el dolor del anochecer,
conozco la derrota del abrazo 
y el miedo de decidir,
ya no soy el que mata, ahora soy el que muere,
y a ambos lados de la trinchera siempre acaba haciendo guerra.

Como todo, como siempre,
me repito que la espera a veces trae buenos caminos,
hago malabares con respuestas mientras hablo en silencio, 
y escondo lo que siento tras de mí como un animal hambriento.
Tengo el vicio del que huye con las extremidades dormidas,
no siento dónde piso, solo corro hasta que las huellas se acaben,
dejando señales de aviso como una ambulancia que vuelve de donde tú vas.
Ahora que lo veo todo desde abajo, 
he aprendido que aprender no se logra olvidando.

Soy el que se recoge los trozos como un otoño viejo,
la autosuficiencia del desguace que se encoje para ocupar menos porque se siente molestia,
siempre triste, como una buena canción,
en una caída que no planee, sin esperar que el viento me responda cuando grito.

Soy lo que queda mientras se pueda, 
como el reloj de arena que añora la duna mientras se vacía de ella. 
Soy lo que se va a donde no se vuelve, 
con la ironía de mirar atrás para ver si aún queda algo. 

Soy lo que me dejo hasta que me deje, 
atrás, 
como se deja la ruina de una casa vieja. 
Soy el que extraña a un ser extraño, 
el frío en un otoño después de un mal verano. 

[...]sigo sonando a viejo como un corazón herido,
al eco de la canción de los que no saben perder,
al revés sin sentido de alejarse de los que quieres tener cerca.

yo solo hablo de los daños que conozco,
por eso nunca celebro un derrumbe en los ojos de otro.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Por ti, para mí.

'Quédate, cuando no me quieras.
Es cuando me haces falta aquí.
Y es que el tiempo parece que vuela.
Por eso, quédate a dormir'
Sule B.

la añoranza me robó una pulsera que brillaba,
el camino nació y escribí que eras.
cerré por dentro y salí por la ventana,
te puse nombre de poeta y me regalaste muchos,
habité tantos y me fundí a otros,
con la promesa de nunca abandonar ninguna de mis pieles,
dejandomela para no romperlas más.

nos hicimos, y cuando dejamos de ser,
penumbró la lámpara de los deseos,
dilucidando sombras de lejanía.
me miraste como la primavera a las flores,
recostada en un acordeón que todavía sonaba,
me has enseñado tanto y yo no sabía nada,
le puse un marco a tus ojos y nació un museo,
sólo el arte entiende al arte, o así lo entiendo yo.

hoy escuché una canción alegre y te recordé,
por la costumbre de unir la voz para darle forma al silencio,
haciendo nuestro el molde de la nada para que nos cupiese todo,
esquivando la flecha y uniendo la herida,
como una brida de realidad que lo hacía sincero.

hoy caí en el norte y perdí la cuenta,
de las caidas de ojos y las almohadas torcidas,
del arcón donde escondía el miedo cuando llegabas,
para disfrazar lo malo de cajón de juegos,
para ponernos a tono en todo lo bueno.
por ti para mi rezaba la herida,
y brindamos narices hasta arrumar arrugas.

me diste tu dolor y te devolví una grulla.
eso es lo único que se del arte.
hacer de la sangre un vestido,
de la tormenta un aquelarre.

ahora que no sé bailar no sé desde dónde caen las gotas,
me torcí el ingenio en lo último que fingí.
estás haciendo bien al irte te dije sin mirarte,
y mis ojos me escupieron, maldiciendo mi mentira.
todo saldrá bien, te estaré esperando, ¿nos volveremos a ser?
nunca juntes tiempo con sentimiento.

lo único que se del futuro 
es que me espera para recordar todo lo pasado.
lo aprendí cuando después de soñar ya no estabas.
ha sonado la urgencia y le he dicho que se duerma.
que ahora todo pasará, pero no te me pasas.
cómo salgo de casa si no me gusta el invierno, 
sin ti,
todos han perdido, siendo todos yo.

¿nos volveremos a ser?,
con la antigravedad del beso y la salvagravedad del abrazo,
jugando a ser la hoja y el charco por amor al baile,
ovacionando tu regreso como mi festivo favorito.

me gustaría saber, pero me estoy olvidando,
y escribo para cerrarle el nudo al fracaso.
no eran peores cuando nos veíamos.
esta es la derrota y su mala cara.
a mal tiempo nuestra risa, 
a poca risa, nuestro tiempo.
nunca tuve amor hacia lo fácil,
algún día será el último, pero mientras tanto...

estoy porque debo, y aquí seguiré,
cómo el ruiseñor que se sabe alarma
y acalla los truenos para apaciguar el incendio.

ahora que todo se está quemando, 
me falta saliva para tragarme todo esto.
la ceniza se hace bola como carne mal picada.
por qué me negaste justo antes de irte.
cuándo se acaba el final cuando sólo esperabas un principio.


[...] 'con la lógica viciada del que dice que no puede irse pero se va sin hacer nada' [...]

sábado, 16 de febrero de 2019

8.


'So I'm never gonna dance again, the way I danced with you'
George Michel

respiro el carbón de un año malo,
el regalo de la culpa ensucia un folio blanco,
veo a la nieve abrazar al árbol,
con el susurro del viento, prometiendo, nunca es para tanto...

busco el loto, pero las hojas comienzan a encanecer,
navego sobre las órbitas del agua,
sólo giro y caigo, como una pétalo que envejece,
mis manos aferran pero el reloj nunca cambia,
todo van tan rápido cuando no te importa el tiempo,
y la semilla como un cristal, deja de formar parte,
nacen grietas entre las líneas torcidas,
siendo esa prueba indudable de que todo lo roto puede dar vida.

repaso el índice de las 4 letras de tu verbo,
consciente de que siguen siendo las mismas a pesar del tiempo, 
escupo, por aquello de la suerte, 
con la costumbre de odiar al azar por intentar hacerme responsable, 
cre(c)er fue perder la letra y dejar de hacerlo,
con el dolor de que no duela ya, 
perdiendo brillo por no poder seguir haciéndote eco,
apretando el nudo para hacer de la soga torniquete,
llorándole al alma-naque, solo. 

guardo nuestra isla de la misma letra,
el viaje al centro y a la costa que nunca vimos,
las peleas con tu madre, el beso de rutina,
la vergüenza que te daba mostrar nuestras despedidas,
el rizo del sudor que nunca pudiste amansar,
¿vienes cuando salgas o vamos a por cena?
brindar al ritmo de una sit-com vieja,
la manía de comer sin hacer migas,
ser el joven y tu escondite,
inventar nuestras palabras para contarnos secretos,
entender que no lo entiendan, vivir sin gritar, riendo. 

guardo las pruebas del brillo de un agujero negro,
la llama que nació ese día de buceo, 
el ocho celoso de hacer nuestra su definición, 
el amor del presente mirando hacia el futuro, 
a los ojos y no a una dirección, por tener claro el destino. 

guardo la constancia del café molido, 
el calor de un beso después de celebrar de más, 
la fiesta de despertar sin haber estado dormido, 
las 20 h de lazo humano, 
la semana de visita debajo de una sábana, 
las manos confidentes que nunca daban largas,
bailar con los pulgares sobre mi lunar,
apretar si dolía y prometerse ya no más... 

guardo el último poema y el más personal, 
el hábito de habitarse, la canción que me enseñaste, 
criticar juntos y reír las coincidencias, 
las recetas que nacieron al borde de una almohada, 
darte cada verso como un regalo desnudo,
reposar y sedimentar, hacerse y quererse, 
aprender a enseñar mientras hacíamos presentes, 
rega(la)r la vida sin pronombre y con persona, 
que nunca fuese tarde si era nuestro ahora...

mentir al conjugar en pasado porque aún sigues aquí,
verme incapaz de recordar cogiendo agua con las manos,
borrar de mis ojos el color de tu secreto, ver monocromo, deshacernos
viendo llover calle abajo todo lo que tanto defendí,
dejando mi sangre en los adoquines viejos, 
verte marchar y manchar un puñal para no detenerte al hacerlo.

dejamos de ser la excepción cuando nos nacieron las reglas. 

olvidar es algo muy serio, recordadlo,
no hay verdad que salve la ilusión de la mentira, 
una imagen nunca es una caricia, 
y el arrepiento se clava entre las costillas,
como la marca del ganado,
como el sombrero de un artista,
como la predicción de un futuro pasado,
'yo viviré recordando que olvidé'
fue otro modo de llamarlo. 

ya no me laten las manos 
se ha escapado el color y el magnetismo
no persigo a las flores porque ya no me quedan
no me crecen enanos porque se secó el jardín
me hago pequeño como un marchitar sucio
y la ceniza sabe amarga si no viene de tu hoguera...

ahora que te marchas esta es una carta hacia mí
he apagado el motor para sentir el frío
cuídate y por si no vuelves
cierra la herida al salir.